El otro día, para ser más exactos, el 6 de diciembre quedé con mi marido para ir a comer, ya que era festivo y él tenía que trabajar. Al salir de casa, fui a echar gasolina. Iba en el coche con el bebé de 4 meses y medio.
Cuando el gasolinero se quedó echando gasolina, yo entré en la tienda para pagar con la tarjeta. Como el de caja tardaba en cobrar, le dije: «¿Vas a tardar mucho? Es que tengo el bebé en el coche». Automáticamente, el guardia de seguridad de la gasolinera, salió de la tienda y se quedó junto a mi coche hasta que yo salí de pagar.
Cuando me subí al coche le di las gracias por el detalle y me dijo: «Nada por Dios, sólo ha sido un "vistacito"».
Quizás parezca una bobada, pero a mí me fascinó la forma de actuar de aquel Guardia de Seguridad para con mi hijo. Seguramente lo hizo más por la empresa que por mí, pero aún así, muchas gracias señor guardia de seguridad.
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