martes, 13 de noviembre de 2007

Proposiciones

Este sábado pasado, 10 de noviembre de 2007, había quedado con unos amigos a las 21:00 para ir a tomar una copa. Yo había trabajado de noche y sin dormir estaba esperando en casa a que me pasaran a buscar. Una llamada de uno de ellos me avisó que se retrasaban un poco, así que yo para no dormirme me bajé al bar de debajo de casa para tomar un café y despejarme un poco. Así lo hice. Bajé al bar y pedí un barraquito y un vaso de agua con gas. Al rato de estar allí, charlando con los camareros y demás, se me acerca un hombre de unos 70 ó 75 años (asiduo del bar y hombre poderoso, de dinero me refiero) y me dice:
-¿Te tomas una copa?
- No, le dije.
- ¿Por qué?
- Porque no quiero. Me he tomado un café y es suficiente.
- ¿Tienes compañía o estás sola?
- Ahora mismo estoy sola, pero estoy casada. Y aunque estuviera sola no querría nada con usted. A ver si se les mete en la cabeza a los hombres, que una mujer esté sola en un bar tomando un café, no quiere decir que esté buscando algo. Simplemente estoy esperando a unos amigos. ¿Le queda claro?
- No, pero yo no he querido decir... dijo él
- Mire, aquí hay muchas mentes retorcidas, y yo sé de qué pie cojean. Ni soy puta, ni busco tema. Además a mi marido lo conoce porque es asiduo del bar y viene conmigo muchas veces. Y ahora si no quiere nada más, puede volver a su sitio.

Se marchó a la otra esquina del bar que era donde estaba tomando su copa. A los 5 minutos vuelve y me dice que espera no haberme molestado y que si quedaba todo olvidado.
Yo le contesté que no pasaba nada, que no se preocupara (con cara de mala leche) y que olvidado no estaba, que no pasaba nada, pero que me dejara tranquila. Así quedó todo...hasta hoy martes.
Después de salir de trabajar me he pasado por el bar a tomar un café y cuando voy a pagar, cual es mi sorpresa cuando el camarero me dice que ya está pagado, que lo ha pagado Don Antonio. Me dice quién es y automáticamente le digo al camarero:
- Haz el favor de devolverle el dinero a ese señor que no quiero favores de nadie. Soy autosuficiente como para pagarme los cafés y si no puedo no me los tomo.
Me he levantado, he ido hacia el buen señor y le he dicho:
- A partir de ahora ni me mire, ni me salude. Ignóreme, como si yo no existiera. ¿Queda claro?. He dado media vuelta y he seguido tomando mi café.

Ainssss, porqué no me pasará esto con veinteañeros, no me acostaría con ellos, pero por lo menos me alegran un poco la vista.

2 comentarios:

Unknown dijo...

jajajajajaja

Por diox, qué borrrrrrrrrrde eres... jajajajaja

Envite dijo...

Igual con la invitación sólo quería disculparse. Te haces una mala sangre, a veces...

Hubiera sido mejor, quizá, a la siguiente pagarle tú el güisqui, que vea.