viernes, 30 de mayo de 2008

Sin daños a terceros.

He estado escuchando hoy una canción que hacía tiempo no escuchaba. Su autor es Ricardo Arjona. A este cantautor lo descubrí gracias a una amiga mejicana, hace unos 15 años, y desde entonces fui recopilando cd's de él. Hubo una canción que en aquel momento que, no sé por qué, me marcó mucho. La canción se titula "Tarde (Sin daños a terceros).
¿Qué ocurre cuando ya tienes una relación sólida, estás casado o convives ya con tu pareja hace años y un día aparece lo que crees que es el amor de tu vida y no puedes unirte a él porque es tarde?
¿Realmente hay personas que se unen a otras simplemente por el miedo a quedar solos?
¿Por qué hay personas que tienen miedo se esperar a que llegue el gran amor?
Cuando yo conocí al que hoy es mi marido, hubo muchas preguntas y dudas en mi interior. Pero hubo una cosa que me ayudó mucho a decidirme. Un día escuchando la radio, emitían una entrevista hecha a Antonio Gala. Yo iba en el coche, conduciendo. Le preguntaron que por qué hay tantas decepciones amorosas, tantas rupturas de pareja, divorcios y demás. Él contestó:
"La gente se para a buscar el amor en el entorno de su comunidad. En su mercado, en la cola del supermercado, en los bares de la zona, en el autobús...Pero lo que la gente no llega a entender es que el amor, el verdadero amor, no tiene por qué estar alrededor nuestro. El verdadero amor, está esperándonos a miles de kilómetros. Lo que nos pasa es que no tenemos el valor de ir a buscarlo y nos conformamos con lo que tenemos cerca".
Yo no digo que esa frase fuera decisiva, pero llegó como lluvia de abril. Yo ya estaba perdidamente enamorada, sólo me faltaba el empujón para dejar atrás mi vida y empezar a miles de kilómetros con lo que yo pensaba (y sigo pensando) era mi verdadero amor. Parece que no me equivoqué, y no llegué tarde a encontrar el amor.
Ahora os voy a poner la letra de esa maravillosa canción, y espero que os guste tanto como a mí.


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Tarde (Sin Daños A Terceros)

Justamente ahora
irrumpes en mi vida,
con tu cuerpo exacto y ojos de asesina.
tarde como siempre,
nos llega la fortuna.
Tú ibas con él,
yo iba con ella,
jugando a ser felices, por desesperados,
por no aguardar el tiempo,
por miedo a quedar solos.

Pero llegamos tarde,
te vi y me viste,
nos reconocimos enseguida,
pero tarde,
maldita sea la hora
que encontré lo que soñé,
tarde.

Tanto soñarte y extrañarte sin tenerte,
tanto inventarte,
tanto buscarte por las calles como un loco,
sin encontrarte,
y va uno de tonto;
por desesperado,
confundiendo amor con compañía.
y ese miedo idiota de verte viejo y sin pareja,
te hace escoger con la cabeza lo que es del corazón.
Y no tengo nada contra ellos,
la rabia es contra el tiempo
por ponerme junto a ti,
tarde.

Ganas de huir;
de no verte ni la sombra,
de pensar que esto fue un sueño o una pesadilla,
que nunca apareciste,
que nunca has existido.

Ganas de tocarte,
ganas de rozarte
de acercarme a ti y amarrarte en un abrazo
de mirarte a los ojos y decirte bienvenida.
Pero llegamos tarde.
te vi y me viste,
nos reconocimos en seguida,
pero tarde.

Quizás en otras vidas,
quizás en otras muertes.
Que ganas de tocarte,
que ganas de rozarte,
de acercarme a ti y golpearte con un beso,
de fugarnos para siempre,
sin daños a terceros.

2 comentarios:

Envite dijo...

Viniste a mí a miles de kilómetros, y yo me he ido a miles de kilómetros de ti.

Si no supiéramos lo que es, sonaría muy, pero que muy raro.

Agnes dijo...

No era este el comentario que esperaba, pero bueno, gracias de todos modos. Un besito amor.